Capítulo VI: El absoluto y su manifestación #
La pregunta más difícil de aprehender acerca de la filosofía Advaita, y la pregunta que nos haremos una y otra vez y que permanecerá por siempre, es : ¿cómo se ha convertido lo Infinito, el Absoluto, en finito? Vamos a tratar esta cuestión, y para ilustrarla utilizaremos el siguiente esquema :
(a) El Absoluto
(c)
Tiempo
Espacio
Causalidad
(b) El Universo
EL Absoluto es A, y el universo, B. Lo Absoluto se ha convertido en el universo. Con esto no solo se entiende el mundo material, sino también el mundo mental, el mundo espiritual : cielos y tierras, y de hecho, todo lo que existe. La mente es el nombre de un cambio ; el cuerpo, el nombre de otro cambio, y así sucesivamente ; y todos estos cambios componen nuestro universo. Este Absoluto (A) se ha convertido en el universo (B) a través del tiempo, del espacio y de la causalidad (C). Esta es la idea central de la Advaita. El tiempo, el espacio y la causalidad son como el cristal a través del cual se ve el Absoluto, y cuando se contempla su parte inferior, aparece como el universo. A partir de esto podemos deducir que en el Absoluto no hay tiempo, espacio ni causalidad. La idea del tiempo no puede existir en él, ya que no hay mente ni pensamientos. La idea de espacio no puede existir en él, ya que no hay ningún cambio externo. Lo que se llama movimiento y causalidad no puede existir donde solo existe Uno. Tenemos que entender esto y grabarlo en nuestra mente : lo que llamamos causalidad comienza no antes, sino después —si se nos permite decirlo así— de la descomposición del Absoluto en lo fenomenal ; nuestra voluntad, nuestro deseo siempre vienen después. Creo que la filosofía de Schopenhauer comete un error en su interpretación de la Vedanta, porque busca hacer que la voluntad sea todo. Schopenhauer coloca la voluntad en el lugar del Absoluto, pero el absoluto no se puede presentar como la voluntad, debido a que la voluntad es algo cambiante y fenomenal ; y más allá de la línea del tiempo, del espacio y de la causalidad no hay ningún cambio, ningún movimiento. El movimiento externo y el movimiento interno —pensamiento— pueden producirse únicamente por debajo de esa línea. No puede haber voluntad en el otro lado, y por lo tanto, esta no puede ser la causa de este universo. Acercándonos más, vemos en nuestro propio cuerpo que la voluntad no es la causa de todos los movimientos. Muevo esta silla ; mi voluntad es la causa de este movimiento, y esta voluntad se manifiesta como movimiento muscular en el otro extremo. Pero la misma potencia que mueve la silla mueve el corazón, los pulmones… pero no lo hace a través de la voluntad. Teniendo en cuenta que el poder es el mismo, solo se convierte en voluntad cuando se eleva al plano de la conciencia, y llamarla así antes de que se eleve a este plano es inexacto. Esto genera una gran confusión en la filosofía de Schopenhauer.
Una piedra cae y nos preguntamos por qué. Esta pregunta solo es posible partiendo de la suposición de que nada sucede sin una causa. Es necesariodejar esto muy claro, ya que cada vez que nos preguntamos por qué ocurre algo estamos dando por hecho que todo lo que sucede tiene que tener un porqué, es decir, que debe haber algo que ha actuado como la causa.
Esta precedencia y sucesión son lo que llamamos la ley de la causalidad. Esto significa que todo en el universo es a su vez una causa y un efecto. Es la causa de ciertas cosas que vienen después, y que son a su vez el efecto de algo que las ha precedido. Esto se conoce como la ley de la causalidad y es una condición necesaria de nuestro pensamiento.
Creemos que cada partícula en el universo, cualquiera que sea, está relacionada con todas las demás partículas. Se ha discutido mucho sobre cómo surgió esta idea. En Europa ha habido filósofos intuitivos que creían que era constitucional en la humanidad, mientras que otros han creído que provenía de la experiencia ; pero la pregunta sigue sin respuesta. Más adelante veremos lo que la Vedanta tiene que decir al respecto, pero primero tenemos que entender que el simple hecho de hacernos la pregunta « ¿por qué? » presupone que todo lo que nos rodea ha sido precedido por ciertas cosas y será sucedido por otras tantas. La otra creencia involucrada en esta pregunta es que nada en el universo es independiente, que todo es accionado por algo externo a sí mismo. La interdependencia es la ley de todo el universo. Al preguntar qué causó el Absoluto, ¡estamos cometiendo un gran error! Para hacer esta pregunta tenemos que suponer que el Absoluto también está sujeto a algo, que es dependiente de algo ; y al hacer esta suposición, arrastramos el Absoluto hasta el nivel del universo. En el Absoluto no hay ni tiempo, espacio ni causalidad : todo es uno. Lo que existe por sí mismo no puede tener ninguna causa. Lo que es libre no puede tener ninguna causa, de lo contrario no sería libre, sino dependiente. Lo que es dependiente no puede ser libre. Entonces, vemos que la pregunta « ¿por qué el Infinito se convirtió en lo finito? » es imposible, ya que es contradictoria en sí misma. Cuando buscamos saber cómo el Absoluto se ha convertido en lo relativo, podemos hacerlo desde otro punto de vista si pasamos de las sutilezas de la lógica de nuestro plano común al sentido común. Suponiendo que supiéramos la respuesta, ¿seguiría el Absoluto siendo el Absoluto? No, se convertiría en relativo. ¿Qué se entiende por conocimiento en nuestra idea de sentido común? Simplemente, que es algo que se ha vuelto limitado por nuestra mente, que sabemos, y cuando está más allá de nuestra mente, no es conocimiento. Ahora bien, si el Absoluto se ve limitado por la mente, ya no es Absoluto ; se ha convertido en finito. Todo aquello limitado por la mente se vuelve finito. Por lo tanto, conocer el Absoluto es, nuevamente, una contradicción de términos. Por eso esta pregunta no se ha contestado, porque si se hiciera, no podría haber un Absoluto. Un Dios conocido deja de ser Dios, se ha convertido en finito, como uno de nosotros. Él no puede ser conocido, Él siempre es el Uno Incognoscible.
Pero lo que la Advaita dice es que Dios es más que lo cognoscible. Este es un gran hecho que aprender. No hay que regresar a casa con la idea de que Dios es incognoscible en el sentido en que los agnósticos lo dictan. Por ejemplo, aquí hay una silla, y nosotros lo sabemos. Pero lo que está más allá de lo etéreo, o si existen o no personas allí, es posiblemente incognoscible ; pero Dios no es ni conocido ni incognoscible en este sentido. Él es algo aún más elevado que lo que conocemos : eso es lo que se entiende al decir que Dios es desconocido e incognoscible. La expresión no se utiliza en el sentido de que se pueda decir que algunas preguntas son desconocidas e incognoscibles. Dios es más que conocido. Esta silla es conocida, pero Dios es intensamente más, ya que por Él y a través de Él conocemos esta silla en sí. Él es el testigo, el testigo eterno de todo el conocimiento. Todo lo que sabemos tenemos que saberlo a través de Él. Él es la esencia de nuestro propio Ser. Él es la esencia de este ego, este « Yo », y no podemos saber nada excepto a través de este « Yo ». Por lo tanto, debéis saber todo a través de Brahmán. Para conocer la silla, tenéis que hacerlo a través de Dios. Así, Dios está infinitamente más cerca de nosotros que la silla, pero Él es infinitamente superior. Ni conocido ni desconocido, sino algo infinitamente superior a cualquier ente. Él es su Ser. « ¿Quién viviría un segundo, quién respiraría un segundo en este universo si el Bendito no lo llenara? ». Porque a través de Él respiramos, a través de Él existimos. Con ello no queremos decir que Él esté de pie en algún lugar y que haga que la sangre circule. Lo que queremos decir es que Él es la esencia de todo, Alma gemela de mi alma. No podéis decir —de ninguna manera— que vosotros lo conozcáis : sería degradarlo. No podéis escapar de vosotros mismos, por lo que no lo podéis conocer. El conocimiento es la objetivación. Por ejemplo, mentalmente objetivamos muchas cosas y las proyectamos fuera de nosotros mismos. Todo recuerdo, todo lo que he visto y sé está en mi mente. Las imágenes, las impresiones de dichas cosas están en mi mente, y cuando quiera tratar de pensar en ellas, conocerlas, el primer acto de conocimiento es proyectarlas al exterior. Esto no se puede hacer con Dios, porque Él es la Esencia de nuestra alma ; no podemos proyectarlo fuera de nosotros mismos. Este es uno de los pasajes más profundos de la Vedanta : « Él que es la esencia de tu alma es la Verdad ; Él es el Ser, y ello eres tú, ¡oh, Shvetaketu! ». Esto es lo que se entiende por « Dios eres tú ». No se puede describirlo en ningún otro idioma. Todos los intentos de la lengua, que lo llaman Padre, Hermano, o nuestro Amigo más querido, son intentos de objetivar a Dios, y eso no se puede hacer. Él es la Eterna Cuestión de todo. Yo soy la cuestión de esta silla, yo veo la silla ; así que Dios es la Eterna Cuestión de mi alma. ¿Cómo objetivarlo, si es la Esencia del alma, la Realidad de todo? Por lo tanto —lo repito una vez más—, Dios no es ni cognoscible ni incognoscible, sino algo infinitamente superior. Él es uno con nosotros, y lo que es uno con nosotros no es ni cognoscible ni incognoscible, como nuestro propio ser. No podemos conocer nuestro propio ser ; no podemos proyectar nuestro ser y hacer de él un objeto que ver, porque él somos y no podemos separarnos. Tampoco es incognoscible, porque, ¿qué es mejor conocido que nuestro propio ser? Realmente, es el centro de nuestro conocimiento. Exactamente en el mismo sentido, Dios no es ni incognoscible ni conocido, sino infinitamente superior a ambos conceptos ; porque Él es nuestro verdadero Ser.
En primer lugar, vemos que la pregunta « ¿qué causó el Absoluto? » es una contradicción en los términos ; y en segundo lugar, vemos que la idea de Dios en la Advaita es esta Unidad. Por lo tanto, a Él no podemos objetivarlo, ya que siempre estamos viviendo y moviéndonos en Él, lo sepamos o no. Hagamos lo que hagamos siempre es a través de Él. Ahora la pregunta es : ¿qué son el tiempo, el espacio y la causalidad? « Advaita » significa ‘no dualidad’ : no hay dos, sino uno. Sin embargo, vemos que en ello reside la idea de que el Absoluto se manifiesta a sí mismo como muchos, a través del velo del tiempo, del espacio y de la causalidad. Y por ello, podríamos deducir que son dos : el Absoluto y la Maya (la suma total del tiempo, del espacio y de la causalidad). Parece aparentemente muy convincente que haya dos. En este sentido, la Advaita explica que no se puede llamar dos : para tener dos, debemos tener dos existencias independientes absolutas que no puedan ser relacionadas. En primer lugar, no podemos decir que el tiempo, el espacio y la causalidad sean existencias independientes. El tiempo es una existencia completamente dependiente ; cambia con cada variación de nuestra mente. A veces, en el sueño uno se imagina que ha vivido varios años, y en otras ocasiones, que varios meses han pasado en solo un segundo. Así, el tiempo es totalmente dependiente del estado de nuestra mente. En segundo lugar, a veces la idea del tiempo desaparece por completo. Y lo mismo sucede con el espacio. No podemos saber lo que es el espacio ; es indefinible, y no puede existir por separado. Y, nuevamente, lo mismo sucede con la causalidad.
El atributo peculiar que encontramos en el tiempo, el espacio y la causalidad es que no pueden existir sin estar ligados a algo. Tratad de pensar en el espacio sin color o sin límites, o sin que esté relacionado con lo que lo rodea :, simplemente, pensad en el espacio abstracto. No podéis, pues tenéis que pensar en él como el espacio existente entre dos límites o entre tres objetos. Para tener cualquier tipo de existencia tiene que estar relacionado con algún objeto. Lo mismo sucede con el tiempo : no es posible tener idea alguna del tiempo abstracto ; es necesario tomar dos acontecimientos, uno precedente y otro posterior, y unir ambos acontecimientos por medio de la idea de sucesión. El tiempo depende de dos acontecimientos, así como el espacio tiene que estar relacionado con los objetos externos. Y la idea de causalidad es inseparable del tiempo y del espacio. Esto es lo peculiar en lo referente a ellos, que no tienen una existencia independiente ; ni siquiera tienen la existencia de la silla o de la pared. Son como sombras alrededor de todo lo que no se puede atrapar, no tienen una existencia real. Sin embargo, no son inexistentes, ya que a través de ellos todo se manifiesta, como este universo. Así, vemos en primer lugar que la combinación de tiempo, espacio y causalidad no tiene ni existencia ni inexistencia, y en segundo lugar, que a veces desaparece. Tomemos como ejemplo una ola en el océano. Sin duda, la ola es lo mismo que el océano, y sin embargo, sabemos que es una ola y, como tal, diferente del océano. ¿Dónde reside la diferencia? En el nombre y la forma, es decir, la idea en la mente y la forma. Ahora, ¿podemos pensar en la forma de una ola como algo separado del océano? Ciertamente no, pues siempre se asocia con la idea del océano. Si la ola amaina, la forma terminara por desaparecer, y sin embargo, la forma no era una ilusión. Mientras la ola existió, la forma estaba allí, y nosotros estábamos obligados a ver dicha forma. Esto es Maya.
Por lo tanto, la totalidad de este universo es, por así decirlo, una forma peculiar ; el Absoluto es ese océano, mientras que nosotros, los soles, las estrellas y todo lo demás son distintas olas de ese océano. ¿Y qué es lo que hace diferente a las olas? Solo la forma, y esa forma es el tiempo, el espacio y la causalidad, los cuales son completamente dependientes de la ola. Tan pronto como la ola desaparece, ellos lo hacen con ella. Tan pronto como el individuo renuncia a esta Maya, se desvanece para él y queda libre. La lucha consiste en deshacerse de este apego por el tiempo, el espacio y la causalidad, que son siempre obstáculos en nuestro camino. ¿Cuál es la teoría de la evolución? ¿Cuáles son los dos factores? Un enorme poder que está tratando de expresarse y las circunstancias que lo mantienen retenido, el entorno que no permite que se exprese. Así, con el fin de luchar con este entorno, el poder está tomando nuevos cuerpos una y otra vez. Una ameba, mediante la lucha, obtiene otro cuerpo y supera algunos obstáculos ; después, obtiene otro cuerpo, y así sucesivamente hasta que se convierte en ser humano. Si lleváis esta idea hasta su conclusión lógica, tiene que llegar un momento en que el poder que estaba en la ameba y que evolucionó en ser humano supere todos los obstáculos que la naturaleza pueda poner ante él y, por lo tanto, escape de todos sus entornos. Esta idea expresada desde un punto de vista metafísico sería de esta forma : hay dos componentes en cada acción, el sujeto y el objeto, y la finalidad de la vida es hacer que el sujeto sea el maestro del objeto. Por ejemplo, me siento infeliz porque alguien me riñe. Mi lucha será hacerme lo suficientemente fuerte como para conquistar el entorno, para que me puedan reñir sin que me afecte. Esa es la forma en la que todos tratamos de progesar. ¿Qué se entiende por moral? Dar fuerza al sujeto al sintonizarlo con el Absoluto, para que la naturaleza finita deje de tener control sobre aquel. Una conclusión lógica de nuestra filosofía es que debe llegar un momento en el que conquistemos todos los entornos, porque la naturaleza es finita.
Hay algo más que aprender. ¿Cómo sabemos que la naturaleza es finita? Esto solo se puede saber mediante la Metafísica. La naturaleza es ese Infinito sujeto a restricciones. Por lo tanto, es finita, así que debe llegar un momento en que conquistemos todos los entornos. ¿Y cómo vamos a conquistarlos? No podemos conquistar todos los entornos objetivos. Nosotros no podemos. El pequeño pez quiere volar lejos de sus enemigos. ¿Cómo lo hace? Gracias a la evolución, que le dio las alas que lo convierten en un pájaro. El pez no cambió el agua o el aire ; el cambio se dio en él mismo. El cambio es siempre subjetivo. A lo largo de la evolución podemos ver que la conquista de la naturaleza procede del cambio en el sujeto. Si aplicamos esto a la religión y a la moral, comprobaremos que la conquista del mal procede únicamente del cambio en lo subjetivo. De esta manera es como el sistema Advaita obtiene toda su fuerza : del lado subjetivo del ser humano. Hablar de la maldad y la miseria es una tontería, porque no existen fuera. Si soy inmune a toda ira, nunca me sentiré enojado. Si soy a prueba de todo odio, nunca sentiré odio.
Por lo tanto, el proceso que se debe seguir para lograr esa conquista es a través de lo subjetivo, perfeccionando lo subjetivo. Me atrevo a decir que la única religión que está tan de acuerdo con las líneas físicas y morales es la Advaita, la cual va incluso más allá que las investigaciones modernas, de ahí que haga un gran llamamiento a los científicos modernos. Sus seguidores opinan que las viejas teorías dualistas no les son suficientes, que no satisfacen sus necesidades. Un individuo no solo debe tener fe, sino también fe intelectual. En estos últimos años del siglo XIX, la idea de que una religión procedente de una fuente diferente a la religión heredada por cada uno debe ser falsa demuestra que aún existe debilidad, y se ha de renunciar a tales ideas. No quiero decir que tal sea el caso únicamente en este país, pues se da en todos los países, y en ningún otro más que en el mío. Nunca se dejó que la Advaita llegara a la gente. Al principio, algunos monjes se apoderaron de ella y la llevaron a los bosques, por lo que fue nombrada la « Filosofía del Bosque ». Gracias a la misericordia del Señor, el Buda vino y predicó a las masas, y toda la nación se convirtió al budismo. Mucho tiempo después, cuando los ateos y los agnósticos habían destruido la nación de nuevo, se hizo patente que la Advaita era la única manera de salvar la India del materialismo.
De esta forma, la Advaita ha salvado la India del materialismo en dos ocasiones. Antes de que llegara el Buda, el materialismo se había extendido hasta extremos temerosos, y era de un tipo de lo más horrible ; no como el de nuestros días, sino de una naturaleza mucho peor. Yo soy un materialista, en cierto sentido, porque creo que no hay más que Uno. Eso es lo que el materialista quiere que creáis, solo que él lo llama materia y yo lo llamo Dios. Los materialistas admiten que la esperanza, la religión y todo lo demás provienen de la materia. Yo digo que todo proviene de Brahmán. Pero el materialismo que prevalecía antes del Buda era ese tipo crudo de materialismo que enseñaba : « Come, bebe y sé feliz. No hay Dios, alma o cielo ; la religión es una invención de los sacerdotes malvados ». Enseñaba que la vida consistía en intentar vivir felizmente y en comer, sin que importara pedir dinero prestado para ello ni preocuparse de devolverlo. Ese era el viejo materialismo, y ese tipo de filosofía se extendió tanto que aún hoy día tiene el nombre de « filosofía popular ». El Buda trajo la Vedanta a la luz, se la dio a la gente y salvó la India. Mil años después de su muerte, se volvió a vivir una situación similar. Las turbas, las masas y varias razas se habían convertido al budismo, pero, naturalmente, las enseñanzas del Buda se degeneraron con el tiempo debido a que la mayoría de la población era muy ignorante.
El budismo no enseñaba a ningún Dios, a ningún gobernante del universo, por lo que poco a poco las masas volvieron a sacar a la luz a sus dioses, sus demonios y sus duendes, generando una enorme mezcolanza del budismo en la India. Una vez más, el materialismo llegó al rescate, tomando la forma de licencia entre las clases más altas y de superstición entre las inferiores. Entonces, vino Shankaracharya y una vez más revivificó la filosofía Vedanta. Hizo de ella una filosofía racionalista. En los Upanishads los argumentos son a menudo muy oscuros. Buda hacía énfasis en el lado moral de la filosofía, y Shankaracharya, en el lado intelectual. Trabajó de forma racionalizada y presentó el maravilloso sistema coherente de la Advaita.
El materialismo impera en la Europa actual. Podéis rezar por la salvación de los escépticos modernos, pero ellos no ceden, quieren tener razón. La salvación de Europa depende de una religión racionalista, y la Advaita —la no dualidad, la Unidad, la idea del Dios impersonal— es la única religión que puede tener cualquier poder sobre cualquier pueblo intelectual. Llega cuando la religión parece desaparecer y la irreligión parece prevalecer, y por eso ha ganado terreno en Europa y América.
Me gustaría decir una cosa más en relación con esta filosofía. En los viejos Upanishads encontramos una poesía sublime ; sus autores fueron poetas. Platón dice que la inspiración llega a la gente a través de la poesía, y parece como si estos antiguos rishis, videntes de la Verdad, hubieran sido elevados por encima de la humanidad para mostrar estas verdades a través de la poesía. Ellos nunca predicaron, filosofaron o escribieron. La música salió de sus corazones. En Buda tuvimos el gran corazón universal y la paciencia infinita ; hizo que la religión fuese práctica, y la llevó a la puerta de todos. En Shankaracharya vimos un enorme poder intelectual ; arrojaba la luz abrasadora de la razón sobre todo. Hoy queremos el sol brillante de la intelectualidad unido con el corazón de Buda, el maravilloso corazón infinito de amor y misericordia. Esta unión nos dará la filosofía más elevada. La ciencia y la religión se reunirán y estrecharán sus manos. La poesía y la filosofía serán amigas. Esta será la religión del futuro, y si podemos cumplir este objetivo, podemos estar seguros de que será para todos los tiempos y para todos los pueblos. Esta es la única forma que resultará aceptable para la ciencia moderna, y casi ha llegado a ella. Cuando el maestro científico afirma que todo es la manifestación de una fuerza, ¿no os recuerda al Dios que encontramos en los Upanishads : « De la misma forma en que el fuego que entra en el universo se expresa en diversas formas, esa Única Alma se está expresando en cada alma y, sin embargo, está infinitamente más allá »? ¿No veis hacia dónde tiende la ciencia? La nación hindú procedió a través del estudio de la mente, a través de la Metafísica y la lógica. Las naciones europeas parten de la naturaleza externa, y ellas también están llegando a los mismos resultados. Descubrimos que mediante la búsqueda mental llegamos finalmente a esa Unidad, ese Ser Universal, el Alma Interna de todo, la Esencia y Realidad de todo, el Siempre-Libre, el Siempre-Dichoso, el Siempre-Existente. A través de la ciencia material llegamos a la misma Unidad. La ciencia actual nos dice que todo es la manifestación de una energía, la cual es la suma total de todo lo que existe, y que la tendencia de la humanidad es hacia la libertad y no hacia la esclavitud. ¿Por qué los individuos deben ser morales? Porque la moralidad es el camino hacia la libertad ; porque la inmoralidad conduce a la esclavitud.
Otra peculiaridad del sistema Advaita es que desde su comienzo es no destructivo. Esta es otra gloria, la libertad para predicar : « No perturbéis la fe de cualquiera, incluso la de aquellos que por ignorancia se han atado a formas de culto inferiores ». Eso es lo que dice : no molestéis, sino ayudad a todos —la humanidad en su conjunto— a que lleguen cada vez más alto. Esta filosofía predica a un Dios que es una suma total. Si buscáis una religión universal que pueda aplicarse a todos, esa religión no debe estar compuesta solo de partes, sino que siempre debe ser su suma total y debe incluir todos los grados de desarrollo religioso.
Esta idea no se encuentra expresada tan claramente en ningún otro sistema religioso. Son partes que luchan en las mismas condiciones para alcanzar la totalidad. Este es el único objetivo de la existencia de la parte. Por ello, desde el primer momento, la Advaita no tuvo antagonismo alguno con las diversas sectas que existen en la India. Hoy día existen dualistas, y su número es de lejos el más grande de la India, ya que el dualismo atrae, naturalmente, a las mentes menos educadas. Es una explicación muy conveniente, natural y de sentido común del universo. Pero la Advaita no tiene nada en contra de estos dualistas. Unos piensan que Dios está fuera del universo, en algún lugar en el cielo, y los otros piensan que Él es su propia alma, y que sería una blasfemia llamarlo algo más distante. Cualquier idea de separación sería terrible. Él es lo más cercano de lo cercano. No hay ninguna palabra en ningún idioma para expresar esta proximidad, excepto la palabra « Unidad ». El seguidor de la Advaita no está satisfecho con ninguna otra idea, al igual que el dualista se sorprende con el concepto de la Advaita, y piensa que es blasfemia. Al mismo tiempo, el seguidor de la Advaita sabe que estas otras ideas deben existir, y por lo tanto, no combate al dualista que está en el camino correcto. Desde su punto de vista, el dualista tendrá que ver a muchos. Es una necesidad constitucional de su punto de vista : dejemos que lo tenga. El seguidor de la Advaita sabe que, cualesquiera que sean sus teorías, él persigue los mismos objetivos. En ello difiere por completo del dualista, quien, por su punto de vista, se ve obligado a creer que todos los puntos de vista distintos están equivocados. Los dualistas del mundo, naturalmente, creen en un Dios personal que es puramente antropomórfico y que, como un gran potentado en este mundo, está complacido con algunos y disgustado con los demás. Él está arbitrariamente complacido con algunas personas o razas y los colma de bendiciones. De esta forma, el dualista llega a la conclusión de que Dios tiene favoritos, y espera ser uno de ellos. Veréis que en casi todas las religiones está presente la idea : « Somos los favoritos de nuestro Dios, y solo creyendo como nosotros lo hacemos, podrás considerarte bajo su gracia ». Algunos dualistas son tan estrechos de mente que insisten en que solo los pocos que han sido predestinados a la gracia de Dios pueden ser salvados ; el resto puede intentarlo todo lo que quiera, pero no podrá ser aceptado. Os reto a que me digáis una religión dualista en la que no esté presente más o menos esta exclusividad. Y, por lo tanto, en la naturaleza de las cosas, las religiones dualistas están obligadas a luchar y pelear unas con otras, y esto es lo que siempre han estado haciendo. Una vez más, estos dualistas ganan el favor popular apelando a la vanidad de las personas sin educación. Les gusta sentir que gozan de privilegios exclusivos. El dualista cree que no se puede ser moral hasta que no se tenga un Dios con una vara en la mano, listo para castigarnos. Las masas irreflexivas son generalmente dualistas, y estas, pobres gentes, han sido perseguidas desde hace miles de años en todos los países ; su idea de salvación es la libertad proveniente del miedo al castigo. Un clérigo en Estados Unidos me preguntó : « ¿¡Cómo!? ¿Usted no tiene ningún diablo en su religión? ¿Cómo puede ser eso? ». Pero hemos visto que los mejores y los más grandes hombres que han nacido en el mundo han trabajado esa elevada idea impersonal. El Hombre que dijo : « Mi Padre y yo somos Uno », es aquel cuyo poder ha descendido a millones de personas. Durante miles de años ha trabajado por el bien. Y sabemos que el mismo Hombre, porque era un no dualista, fue misericordioso con los demás. A las masas, que no podían concebir nada más elevado que un Dios personal, les dijo : « Orad a vuestro Padre que está en los cielos ». Para aquellos que podían comprender una idea superior, dijo : « Yo soy la vid, y vosotros, los sarmientos » ; pero a sus discípulos, a quienes se reveló más plenamente, proclamó la verdad más elevada : « El Padre y yo somos Uno ».
Fue el gran Buda, quien nunca se preocupó por los dioses dualistas y fue llamado ateo y materialista, quien estuvo dispuesto a renunciar a su cuerpo por un pobre carnero. Ese Hombre puso en marcha las ideas más elevadas y morales que ninguna nación pueda tener. Dondequiera que haya un código moral, hay un rayo de luz de ese Hombre. No podemos introducir a la fuerza a los grandes corazones del mundo entre límites estrechos y mantenerlos allí, especialmente en este momento en la historia de la humanidad en el que existe un grado de desarrollo intelectual con el que nadie soñaba hace cien años, en este momento en el que ha surgido una ola de conocimientos científicos que hace cincuenta años nadie habría soñado. Al tratar de arrinconar a la gente hacia límites estrechos, los reducís a animales y a masas irreflexivas ; es terminar con su vida moral. Lo que ahora se necesita es una combinación de los más grandes de corazón con la más alta intelectualidad, de amor infinito con conocimientos infinitos. El seguidor de la Vedanta da a Dios únicamente estos tres atributos : Él es Existencia Infinita, Conocimiento Infinito y la Dicha Infinita, y considera estos tres atributos como Uno. La existencia no se puede dar sin conocimiento y sin amor ; el conocimiento sin amor y el amor sin conocimiento no pueden existir. Lo que queremos es la armonía de la Existencia, del Conocimiento y la Dicha Infinita. Esa es nuestra meta. Queremos armonía y no desarrollo no unilateral. Y es posible tener el intelecto de un Shankara con el corazón de un Buda. Espero que todos luchemos para alcanzar esta combinación bendita.