Capítulo I: Definición de bhakti #
स तन्मयो ह्यमृत ईशसंस्थो ज्ञः सर्वगो भुवनस्यास्य गोप्ता।
य ईशेऽस्य जगतो नित्यमेव नान्यो हेतुर्विद्यत ईशनाय॥
यो ब्रह्माणं विदधाति पूर्व यो वै वेदांश्च प्रहिणोति तस्मै।
तं ह देवं आत्मबुध्दिप्रकाशं मुमुक्षुर्वै शरणमहं प्रपद्ये॥
Él es el alma del universo; Él es inmortal; Él es el Omnisciente, el que está en todo, el protector del universo, el gobernante eterno. Nadie más puede gobernar el mundo eternamente. Él que en los inicios de la creación creó a Brahmâ, es decir, la consciencia universal, y que le entregó los Vedas. Buscando la liberación, busco refugio en aquel que resplandece, cuya luz convierte en entendimiento en el âtman.
— Shvetâshvatara-Upanishad, VI. 17-18.
El bhakti yoga es una búsqueda verdadera y sincera del Señor, una búsqueda que comienza, continúa y termina en el amor. Un único momento de ese amor extremo por Dios nos lleva a la libertad eterna. En su explicación de los aforismos del bhakti, Nârada dice: «El bhakti es el amor intenso a Dios […]. Cuando un hombre lo alcanza, ama a todos los seres y no odia a ninguno; está satisfecho para siempre […]. Este amor no puede reducirse a un beneficio terrenal», pues mientras perduran los deseos terrenales, esta clase de amor no puede llegar. «El bhakti es más grande que el karma y más grade que el yoga, porque, mientras que estos se enfocan hacia un objeto visible, el bhakti es en sí mismo su propia fruición, sus propios medios y su propio fin».
El bhakti ha sido el tema constante entre nuestros sabios. Además de los escritores especializados en el bhakti, como Shândilya o Nârada, los grandes comentadores de los Vyâsa-Sutras, defensores del conocimiento (jnâna), también tienen algo muy sugestivo que decir sobre el amor. Incluso cuando el comentador está ansioso por explicar, si no todos, muchos de los textos para hacer que transmitan una especie de conocimiento seco, los sutras, sobre todo en el capítulo de la adoración, no se dejan manipular fácilmente por esa moda.
Realmente, no existe tanta diferencia entre el conocimiento (jnana) y el amor (bhakti) como la gente suele creer. A lo largo de este texto, veremos que, al final, ambos convergen y se encuentran en el mismo punto. Lo mismo sucede con el râja-yoga, que, cuando se busca como forma de alcanzar la liberación y no (como por desgracia sucede con frecuencia cuando está en manos de charlatanes y milagreros) como instrumento para embaucar a las personas confiadas, nos permite llegar a la misma meta.
La gran ventaja del bhakti es que constituye el camino más fácil y natural para alcanzar el gran fin divino; su gran desventaja es que, en sus formas inferiores, suele degenerar en el horrible fanatismo. Los grupos de fanáticos del hinduismo, o del islamismo, o del cristianismo siempre han sido reclutados casi exclusivamente por estos devotos de los planos inferiores del bhakti. Esta exclusividad de adhesión (nishtha) a un objeto amado, sin la cual ningún amor verdadero puede desarrollarse, es también muy a menudo la causa de rechazar todo lo demás. Las mentes débiles y poco desarrolladas de todos los países y religiones solo tienen una forma de amar su propio ideal, es decir, odiar los otros ideales. Esto explica que un hombre tan amantemente adherido a su ideal de Dios y tan devoto a su ideal de religión se vuelva un fanático cuando ve u oye algo relacionado con otro ideal. Este tipo de amor a veces se parece al instinto canino de proteger la propiedad del amo de toda intrusión, con la diferencia de que el instinto del perro es mejor que la razón del hombre, pues el perro nunca confunde a su amo con un enemigo sin que importe cómo se vista el amo. El fanático pierde el poder de razonar. En este caso, las consideraciones personales tienen un interés tan absorbente que le da igual lo que un hombre diga, ya sea correcto o no, y lo que quiere saber es quién lo ha dicho. El mismo hombre que es amable, bueno, honesto y afectuoso con los que comparten su opinión, no vacilará en cometer los actos más viles contra otras personas ajenas al grupo de su hermandad religiosa.
Pero este peligro solo existe en la etapa del bhakti llamada el preparatorio (gauni). Cuando el bhakti ha madurado y ha pasado a esa forma en la que se lo llama supremo (parâ), no hay nada que temer de esas manifestaciones de fanatismo; el alma que posee el poder de la forma superior del bhakti está demasiado cerca del Dios del amor para convertirse en un instrumento de difusión del odio.
No nos es dada a todos, en esta vida, la capacidad de construirnos un carácter armonioso y sin embargo todos sabemos que el carácter de tipo más noble es aquel en el cual los tres elementos (conocimiento, amor y yoga) están armoniosamente fundidos. Un pájaro necesita tres cosas para volar: dos alas y la cola como timón para dirigir. El jnana (conocimiento) es un ala, el bhakti (amor) es la otra y el yoga es la cola que mantiene el equilibrio. Para aquellos que no pueden dedicarse a estas tres formas de adoración juntas y en armonía y así emprender el camino hacia el bhakti, es necesario recordar siempre que las formas y las ceremonias, aunque imprescindibles para que el alma progrese, no tienen más valor que el que les confiere el conducirnos al estado en el que sentimos el más intenso amor por Dios.
Existe una pequeña diferencia de opinión entre los maestros del conocimiento y los del amor, aunque ambos reconozcan el poder del bhakti. Los jnanis defienden que el bhakti es un instrumento de liberación, mientras que los bhaktas consideran que es tanto el instrumento como el fin que hay que alcanzar. En mi opinión, esta es una distinción en la que no existe mucha diferencia. De hecho, el bhakti, cuando se utiliza como instrumento, es una forma inferior de adoración y su forma superior se vuelve inseparable de la inferior de realización en una etapa posterior. Parece que cada uno da gran énfasis a su método de adoración particular, olvidando que con el amor perfecto llega el verdadero conocimiento aunque no se lo busque y que el conocimiento perfecto es inseparable del verdadero amor.
Con esto en mente, intentemos comprender lo que los grandes comentadores de los Vedas tienen que decir sobre el tema. Al explicar el Sutra Âvrittirasakridupadeshât1, Bhagavân Shánkara dice lo siguiente: «La gente dice: “él es fiel al rey, es leal al gurú” se dice del que sigue al gurú y lo hace considerando que su obediencia es su único fin. Del mismo modo, se dice: “la amante esposa medita sobre el amante esposo”; en este caso, también se habla de un tipo de recuerdo entusiasta y continuo». Según Shánkara, eso es devoción.
«La meditación es un recuerdo constante (del objeto sobre el que se medita) que fluye como un arroyo de aceite que cae de un recipiente a otro. Cuando por fin se consigue esta forma de recuerdo (de Dios), todas las ligaduras se rompen. Así dicen las escrituras en las que se considera el recuerdo constante un medio de liberación. Este recuerdo, además, tiene la misma forma que la visión, pues tiene el mismo significado que el pasaje: “Cuando se ve a aquel que está lejos y cerca, los lazos del corazón se rompen, las dudas se desvanecen y todos los efectos del trabajo desaparecen”. Puede verse al que está cerca, pero al que está lejos solo se lo puede recordar. No obstante, las escrituras dicen que debe verse tanto a Aquel que está cerca como a Aquel que está lejos, lo que nos indica que la forma de recuerdo de la que hemos hablado es tan buena como la visión. Este recuerdo, una vez exaltado, adquiere la misma forma que la visión. La oración es un recuerdo constante, tal y como se puede ver en los textos principales de las escrituras. El saber, que es lo mismo que la oración repetida, ha sido descrito como un recuerdo constante. Así, la memoria que es elevada a una altura equivalente a la percepción directa es mencionada en el shruti como un medio de liberación. “Este atman no puede ser alcanzado por las diversas ciencias, ni por el intelecto, ni por el estudio de los vedas. Quienquiera que sea elegido por el atman, por él este atman es alcanzado y a él este atman se revela”. Aquí, después de decir que el mero hecho de oír, pensar y meditar no es el medio para alcanzar este atman, el texto agrega: “Aquel que es elegido por el atman, es quien este atman alcanza”. Lo que se ama intensamente se desea; quienquiera que ame intensamente al atman, se convierte en lo más amado del atman. Así es que, para que el amado pueda alcanzar al atman, el Señor ayuda. Porque el Señor ha dicho: “A aquellos que están constantemente dedicados a mí y que me adoran con amor, yo doy a su voluntad la dirección por la cual ellos vienen a mí”. Por eso, se dice que aquel para quien este recuerdo, que tiene la misma forma de la percepción directa, es muy querido, como le es querido el Objeto de esa percepción memorizada, es amado por el atman supremo; por él, es alcanzado el atnam supremo. Este recuerdo constante se designa con la palabra bhakti». Así dice Bhagavân Râmânuja en su cometario del Sutra Athâto Brahma-jijnâsâ2.
En su comentario sobre el Sutra de Patányali, Ishavara pranidhânâdvâ, es decir «O por la adoración del Señor supremo», Bhoya dice: «Pranidhâna es esa clase de bhakti en la cual, sin buscar resultados tales como el de los placeres sensoriales, etc., todos los actos son dedicados a este Maestro de maestros». Bhagavan Vyasa, comentando el mismo sutra, define también el pranidhana como «la forma de bhakti por la cual la gracia del Señor supremo toca el yogi y lo bendice, otorgándole la realización de sus deseos». Según Shândilya: «el bhakti es intenso amor por Dios». Sin embargo, la mejor definición es la que ha dado el rey de los bhaktas, Prahlâda:
या प्रीतिरविवेकानां विषयेष्वनपायिनी।त्वामनुस्मरतः सा मे हृदयान्मापसर्पतु॥
«Como aquel amor imperecedero que el ignorante tiene por los fugaces objetos de los sentidos — mientras yo medito sobre ti — haz que ese tipo de intenso amor no desaparezca de mi corazón»
¡ Amor ! ¿Por quién? Por el Señor supremo Ishvara. El amor por cualquier otro ser, por grande que sea, no puede ser bhakti; pues, como Ramanuya dijo en su Sri Bhashya, citando a un antiguo âchârya, es decir, a un gran maestro:
आब्रह्मस्तम्बपर्यन्ताः जगदन्तर्व्यवस्थिताः। प्राणिनः कर्मजनितसंसारवशवर्तिनः॥यतस्ततो न ते ध्याने ध्यानिनामुपकारकाः। अविद्यान्तर्गतास्सर्वे ते हि संसारगोचराः॥
«Desde Brahma hasta un puñado de hierba, todas las cosas que viven en el mundo son esclavas del nacimiento y de la muerte causados por el karma; por lo tanto, ellas no pueden ser utilizadas como objetos de meditación, pues están todas en la ignorancia y sujetas a cambios»
En su comentario sobre la palabra anurakti empleada por Shandilya, el comentador Svapneshvara dice que significa anu (después) y rakti (apego), es decir, el apego que viene después del conocimiento de la naturaleza y gloria de Dios; de otro modo, cualquier otro apego ciego por alguien, por ejemplo el que se tiene por la esposa, o por los hijos, sería bhakti. Así, vemos claramente, que el bhakti es una sucesión de esfuerzos mentales por alcanzar la realización religiosa que comienza por la adoración común y termina en un intenso y supremo amor por Ishvara.