Capítulo VII: El Mantra Om, Palabra y Sabiduría #
Pero ahora no estamos considerando estos mahâ-purushas, las grandes Encarnaciones, sino solamente los siddha-gurús (los maestros que han alcanzado la meta), Ellos, por lo general, deben transmitir al discípulo las gemas de la sabiduría espiritual por medio de palabras (mantras) sobre las que debe meditar. Ahora bien, ¿qué son estos mantras? Según la filosofía de la India, todo el universo tiene nombre y forma (nâma-rupa) como condición para manifestarse. En el microcosmos humano, no puede haber una sola ola en la sustancia mental (chittavritti) que no esté condicionada por el nombre y la forma. Si es verdad que la naturaleza se construye eternamente con un mismo plan, esta clase de condicionamiento por el nombre y la forma debe ser, también, el plan de construcción de todo el cosmos.
यथा एकेन मृत्पिण्डेन सर्वं मृन्मयं विज्ञातं स्यात्
«Cuando un trozo de arcilla es conocido, todas las cosas hechas de arcilla son conocidas»
Del mismo modo, el conocimiento del microcosmos nos debe conducir al conocimiento del macrocosmos. La forma es la cáscara exterior, cuyo nombre o idea es la esencia interior o nuez. El cuerpo es la forma, y la mente o antahkarana es el nombre y los símbolos sonoros están universalmente asociados con el nâma (nombre) en todos los seres que tienen la capacidad de hablar. En el hombre individual, las olas de pensamientos que se elevan en el limitado mahat o chitta (sustancia mental) deben manifestarse primero como palabras y, luego, como formas más concretas.
En el universo, primero, Brahmâ o Hiranyagarbha o el Mahat cósmico se manifestó a sí mismo como nombre y, luego, como forma, es decir, como este universo. Todo este universo sensible manifestado es la forma tras la cual está el eterno inexpresable sphota, el manifestador como Logos o Verbo. Este eterno sphota, la materia eterna esencial de todas las ideas o nombres, es el poder a través del cual el Señor crea el universo, o más bien, primero el Señor queda condicionado como sphota y, luego, evoluciona en un universo sensible aún más concreto.
Este sphota tiene por único símbolo posible una palabra y esta es ओं, es decir, Om y, como no podemos separar la palabra de la idea por ningún medio posible de análisis, este Om y el eterno sphota son inseparables y por ello se supone que, a partir de esta la más santa de todas las palabras sagradas, madre de todos los nombres y formas, el eterno Om, se creó el universo. Sin embargo, puede decirse que, aunque el pensamiento y la palabra son inseparables, como puede haber diferentes palabras-símbolos para un mismo pensamiento, no es necesario que la palabra concreta Om sea la única que represente el pensamiento a partir del cual se creó el universo. A esta objeción responderemos que Om es el único símbolo posible que cubre todo el terreno y que no hay ninguno semejante. El sphota es el material que compone todas las palabras y, sin embargo, no es una palabra definida en su estado completamente formado. Es decir, que, si fueran eliminadas todas las particularidades que distinguen a las palabras unas de otras, lo que quedaría sería el sphota; por ello, al sphota se lo llama Nâda-Brahma, el Brahman como sonido.
Ahora bien, puesto que cada palabra-símbolo dirigida a expresar el inexpresable sphota lo particulariza de tal manera que ya no es el sphota, el símbolo que lo particularice menos y que al mismo tiempo exprese su naturaleza de forma más aproximada será su verdadero símbolo. Este símbolo es el Om y solo en Om, porque estas tres letras अ उ म (A U M) pronunciadas en combinación como Om pueden muy bien ser el símbolo generalizado de todos los sonidos posibles. La letra A es el sonido menos diferenciado de todos; por ello ue Sri Krishna dice en el Gita:
अक्षराणां अकारोऽस्मि
«Soy la A entre las letras»
Además, todos los sonidos articulados se producen en la cavidad bucal entre la base de la lengua y el final de los labios. El sonido gutural es A y M es el último sonido labial. El sonido U representa exactamente el rodar del impulso que comienza en la base de la lengua y termina en los labios. Cuando se pronuncia correctamente, este Om representa todo el fenómeno de la producción del sonido y no hay ninguna otra palabra que pueda hacerlo. Por ello, este Om es el símbolo más adecuado del sphota, que es el verdadero significado del Om. Y, como un símbolo no puede jamás ser separado de la cosa que representa, el Om y el sphota son uno y, como el sphota es el aspecto más fino del universo manifestado, está más cercano a Dios y es la primera manifestación de la sabiduría divina y el Om es el verdadero símbolo de Dios. Además, al igual que el Brahman «solo y único», el Akhanda-Sachchidânanda, la indivisa Existencia-conciencia-dicha, solo puede ser concebido por las almas humanas imperfectas desde sus puntos de vista individuales y asociados a cualidades individuales, así este universo, Su cuerpo, debe también ser pensado en la línea de pensamiento del pensador.
Esta dirección de la mente del adorador es guiada por sus elementos predominantes o tattvas y el resultado es que el mismo Dios será visto en manifestaciones diversas como poseedor de diversas cualidades predominantes y el mismo universo aparecerá como lleno de múltiples formas. Incluso en el caso del menos diferenciado y más universal de los símbolos, Om, se ve que el pensamiento y el símbolo sonoro están inseparablemente asociados entre sí. Esta misma ley de asociación inseparable se aplica también a las diversas visiones de Dios y del universo. Por lo tanto, cada uno debe tener una palabra-símbolo particular que lo exprese. Estas palabras-símbolo, surgidas de lo más profundo de las percepciones espirituales de los sabios, simbolizan y expresan lo más fielmente posible la visión particular de Dios y del universo que representan. Y, como OM representa akhanda, a Brahman no diferenciado, los otros representan el khanda, o aspectos diferentes del mismo Ser, y todos ellos suponen una ayuda para la divina meditación y la adquisición del conocimiento verdadero.